Impacto vocal al correrse el telón. Coro prolijo y con una notoria apreciación de la cuerda de bajos que la distinguió de otras murgas que tuvo carencia de la misma.
La musicalidad protagonista de la propuesta que tuvo a los vampiros como personajes. Un libreto difícil de comprender, elaborado sobre metáforas de la realidad.
La “Sale con Fritas” toda, funciona como un gran personaje aunque hubo algunos destaques como el locutor de la FM Inmortal que funciona como nexo entre los distintos momentos de la historia,
Un cuplé que habló de la política y el apocalipsis. Los draculadrones, con los ladrones de bancos, figuras políticas y el Antel Arena se sumaron a Luisa Cuesta que fue otro punto que se repitió en algunas agrupaciones, estuvo en el segundo cuplé.
Un detalle: las melodías pertenecientes a murgas capitalinas fueron acertadas en todos los casos aunque hubo melodías inéditas.
El cuplé Los explotados para hacer mención al robo de cajeros como realidad casi cotidiana y el gran explotador como sinónimo del patrón opresor.
En el popurrí entraron las noticias policiales, los refugiados, la inseguridad, los gobiernos de los países y las redes sociales. La canción final se interpretó buscando la reacción del público que la encontró sin lugar a dudas.
Una masa coral destacadísima con individualidades impecables tanto femeninas como masculinas.
Salió y brilló y está entre las preferidas del público juez implacable.
La dirección responsable es de Kevin Valvé y Sebastián Rosso, la dirección escénica está a cargo de Williams Malatés, la puesta en escena el taller de la murga. Los arreglos corales son de Mauro Coselino y los textos de José María Bertullo. Maquillaje responsabilidad de Nicolás Castro y Eduardo Domínguez.